El presidente de la Mesa del Senado, Alejandro Armenta Mier, y el Presidente de la Jucopa, Ricardo Monreal, honraron a Julio César Chávez por su destacada trayectoria deportiva en el mundo del boxeo, por su lucha contra las adicciones en los jóvenes y la equidad de género en este deporte.
Durante la sesión ordinaria del miércoles, se llevó a cabo la ceremonia en honor al boxeador que ha ganado seis campeonatos mundiales y es exaltado al Salón de la Fama del Boxeo Internacional con 115 peleas profesionales y 107 victorias.
La ceremonia contó con la presencia de Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo; los campeones mundiales Jacqueline Calvo Ramírez, Sebastián Fundora y Gabriela Fundora; así como Alfredo Fundora, exboxeador profesional; y Alan David Picasso “El Rey David”, boxeador profesional.
Alejandro Armenta destacó que Julio César Chávez dedica parte de su vida a promover la lucha por la igualdad de género en el boxeo, tanto en México como en el mundo; así como dirigir un movimiento contra la drogadicción entre la juventud del país.
Recordó que el deportista sonorense, campeón de los Guantes de Oro, debutó profesionalmente en 1980, y se coronó como su primer campeón superpluma en 1984 al derrotar en ocho asaltos a Mario “Azabache” Martínez.
En su carrera profesional de 25 años, continuó Alejandro Armenta, permaneció invicto durante 13 años, peleó 37 combates de título mundial, ganó 31 y se defendió con éxito 27 veces.
Julio César Chávez agradeció al Senado de la República por este reconocimiento, manifestando que su carrera no fue fácil porque detrás de cada pelea hay una gran preparación y concentración.
“Yo tuve un sueño, el de ser campeón del mundo; eso fue lo que le prometí a mi madre y gracias a Dios lo logré”.
El boxeador también recordó que tuvo un problema de adicción, “que todo mundo lo sabe y no me arrepiento, no me arrepiento porque Dios me dio otra oportunidad de vida” y ahora tiene un programa de recuperación con el que ha podido ayudar a muchísima gente.
“A eso me dedico ahora, a salvar vidas. Así como a mí me salvaron la vida, yo ahora también me dedico a salvar vidas, a salvar a los jóvenes a que se alejen de las drogas y el alcohol, porque sí se puede, claro que se puede vivir sin alcohol y sin drogas”.