México ha vuelto a ser testigo de un fin de semana violento, que ha dejado a su paso un total de 285 homicidios. Los datos oficiales de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) confirman que las entidades con mayor número de casos son Guanajuato, Estado de México, Michoacán, Morelos, Baja California, Jalisco, Chihuahua y Guerrero. Es decir, las mismas entidades que ya lideraban el ranking de homicidios en los meses previos.
Aunque el número de homicidios ha disminuido ligeramente en comparación con el fin de semana antepasado, cuando se registraron 238 casos, los datos siguen siendo alarmantes. Durante el fin de semana de “puente” con motivo del natalicio de Benito Juárez, se registraron en promedio 64 homicidios al día.

El día más violento fue el sábado 18 de marzo, el mismo día en que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, realizó un mitin en el Zócalo de la Ciudad de México. Ese día se contabilizaron 75 víctimas de homicidio en todo el país. Es evidente que la violencia en México no cede y sigue siendo uno de los mayores desafíos para el gobierno de López Obrador.
El mandatario ha defendido su estrategia de seguridad en varias ocasiones, asegurando que no la cambiará porque considera que es adecuada para enfrentar la violencia en el país. Según el presidente, la estrategia se basa en atacar las causas de la violencia, como la pobreza y la falta de oportunidades, en lugar de solo recurrir al uso de la fuerza.
“Se pensaba resolver el problema de la inseguridad solo con el uso de la fuerza, se pensaba que con cárceles, con amenazas de mano dura, con leyes más severas, decían los gobernantes frente a las cámaras ‘no me va a temblar la mano’, ‘La ley es la ley’, y ya vimos lo que hicieron”, afirmó el presidente durante un discurso en Oaxaca.

Aunque es cierto que la violencia en México tiene profundas raíces sociales y económicas, también es cierto que la estrategia de seguridad del gobierno ha sido cuestionada por expertos en el tema.
Algunos consideran que la estrategia es insuficiente y que el gobierno debería tomar medidas más drásticas para combatir la violencia, como fortalecer las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia, y aumentar la inversión en capacitación y equipamiento para las fuerzas de seguridad.
El aumento de la violencia en México no solo es preocupante para los ciudadanos mexicanos, sino también para sus vecinos en América Latina y para la comunidad internacional en general.
México es una potencia regional que juega un papel importante en la estabilidad de la región y en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. Por lo tanto, es fundamental que el gobierno mexicano tome medidas efectivas para combatir la violencia y garantizar la seguridad de sus ciudadanos.
